Deberé empezar este relato, explicando que son los gnomos, pues los gnomos son pequeñas criaturas que viven en los bosques, playas, desiertos ó lugares siberales.
En el mundo existen más criaturas de la naturaleza como son: los elfos, los trasgos, los fantasmas, los enanos (son diferentes a los gnomos, son más altos y mas traviesos), las ninfas de los ríos, los hechiceros, las brujas y las hadas.
También existen los troles, pero de ellos solo puedo decir que son malos, aunque ahora se han vuelto, mucho de moda, en esta sociedad rara.
Empezare a contando una historia, quizás un poco tonta. Pero todo comenzó un día que caminaba por el bosque, había ido a buscar unas zarzas, para acompañar con un trozo de hoja de flor que había caído, camine entre la tierra mojada iba muy lento, ya que mis botas son muy lizas y podía resbalar. Pero ya estaba predicho que iba a resbalar con esas botas, así que como lógica resbale por una colina y caía con mi rostro al suelo sobre un charco con lodo.
Al alzar mi rostro, me incorpore y camine hacia un suelo seco y rígido; voltee hacia a todos lados para ver si alguien había visto mi caída, pero hasta el momento nadie lo había notado, después de unos segundos, me solté a reír, ya que los gnomos reímos muchos, es por eso que en los ojos tenemos arrugas, por tanto reírnos.
Yo soy un gnomo que está solo, siempre ha querido una gnomita ó quizás una elfo, pero nunca he corrido con la suerte, quizás mi destino es estar solo en este gran bosque.
Seguiré con la historia, hasta hace poco me enamore de una gnomita la cual a su lado fui feliz, cada día quería luchar por ella, cada día escribía poemas, cada mañana le pedía a el sol que le mandara un rayito a su ventana para que supiera que la quería y a la luna le decía que cuando ella la observara brillara mas para ella, a las pájaros les pedí que me acompañara a llevarle una canción, pero eso nunca se pudo hacer, ya que nunca se presento esa oportunidad.
Un día, me acerque a ella, diciéndole que la quería, diciéndole que fuera mía y es ahí donde creo realmente empieza la historia.
Ella respondió muy seriamente, que no éramos nada, que no había nada entre ella y yo, que solo una linda amistad, a lo cual ella se dio la vuelta y mi rostro alegre se convirtió en triste y una lagrima callo, desconsolado corrí hacia un árbol para llegar a su copa y ahí ponerme a llorar. La noche hizo su aparición y mi corazón empezó a latir, y estando solo escuchaba su voz, repitiendo esas palabras.
Un búho volaba cerca de mí, acompañándome en mi tristeza, la luna brillo muy tenue, el frio congelaba mis lagrimas, el viento se llevaba mis llanto para que nadie los escuchara y mi corazón se retorcía de dolor.
La mañana llego, y yo baje de la copa del árbol buscando olvidar con las sonrisas de los demás, quizás con el sonido del rio podía dejar de escuchar esas frases; pero nada me hacia olvidar ese momento que a mi mente llegaba... CONTINUARA